4 feb 2012

UN SOLO CAMINO





Observo incendiarse los pastizales del campillo
Quemarse los animales y destrozando en pedazo
Objetos minuciosos que muchos prefieren no recordar
Guardando el tamo para lamentar el dolor recostado sobre él.
El perro empezó a maullar, se siente penado
De algo, en lo que, muy poco tiene que ver.

La celda se hizo eterna
Las palabras que solías escuchar fomentaban tu pena.
Alimentándote insolublemente
Refrescándote con saliva
Lo que conseguías te lograba apaciguar.

Buscando la manera de zafar
Trataste de huir con el peso del zahón.
Te trabaste en medio del laberinto
Empezaste a gritar, presunto inútil
Solo se hallaban tú y tú.

Luego a lo lejos, sentiste una profunda melodía
Intentaste acercarte, era en un descampado
Donde por el momento nadie se encontraba allí.
Echaste un vistazo al cielo, paso un chajá volando
Buscando una presa para desarrollarse.

Sonreíste, sin lograr entender el tremendo dilema
Especulaste sin darte cuenta dónde estabas.
Volviste a escuchar una nueva melodía
Esta vez resulto ser diferente, una prosa muy expresiva.
Tomaste asiento, reflexionaste y seguiste
Todo resulto tremendamente idiota una vez más.

¿Qué hago yo aquí? ¿Cómo logre llegar?
Una voz con son muy áspera respondió:
Has llegado al más allá, donde nunca existió salida
Y donde cada camino es un desierto diferente.

Entonces prendiste un habanillo
Precisabas relajarte ante tanta confusión.
Al oír la plegaria de la capilla más cercana
Te uniste a los fieles para cumplir con tu fe.

Con el pasar de las horas fuiste entendiendo el juego
Cada vez te preocupaste menos por lo que sucedía
Si al final y a cabo la muerte te iba absorbiendo
Sin lograr escapar ante el fervor popular
De la audiencia que tenía la decisión final
Sobre todo lo que pasaría en el excitante futuro.